Tras la separación, inevitablemente vamos a vivir un proceso de duelo de pareja. Se trata de una etapa en la que, después de vivir las fases de negación, ira, negociación, tristeza o depresión y aceptación, poco a poco, podremos dejar atrás el dolor, sanarnos emocionalmente y reconstruimos.

Con frecuencia, percibimos la separación como un fracaso, un proyecto que pensábamos que sería fantástico y que al final, por la razón que sea, no ha funcionado.

La ruptura representa una pérdida, aunque también, en ocasiones, puede llegar a sentirse como un alivio.

Cualquiera que sea el caso, finalmente queda en nosotros una huella de las situaciones vividas, de la historia compartida, del anhelo de aquello que deseamos, de lo que pudo ser y no fue.

Las personas aprendemos a partir de lo vivido. Por eso tendemos a generalizar y a pensar que “lo que pasó una vez” puede volver a repetirse e incluso “pasar siempre”.

Esto hace que, con demasiada frecuencia, proyectemos en nuestras futuras relaciones aquello que no funcionó o funcionó de una determinada manera en las anteriores.

Así, casi sin darnos cuenta, proyectemos en nuestras nuevas parejas prejuicios, miedos, exigencias, expectativas, etiquetas, etc. que no les corresponden pero que, inevitablemente, van a condicionar nuestras futuras relaciones.

“No sé qué pasa que siempre doy con el mismo tipo de persona”

Este comentario es tremendamente frecuente.

Unas veces esto es debido a nuestra tendencia a buscar un perfil determinado que nos resulta atrayente y otras se debe a la tan frecuente “profecía autocumplida”.

O, dicho de otra forma, “sabía que esta persona sería así y al final la percibo como tal” e incluso, a partir del contacto con nuestros prejuicios, miedos, exigencias, expectativas, etiquetas, etc. acaba reaccionando de forma que la “profecía se cumple”.

Con frecuencia, el sentimiento de soledad tras la ruptura hace que busquemos inmediatamente sustituir a esa persona que hemos perdido, lo cual es casi una garantía de fracaso.

Si realmente queremos sanar nuestras heridas, si realmente queremos recomponernos y reconstruirnos, si realmente queremos que nuestra próxima relación funcione, si queremos construirla sobre una base sólida y no quede afectada por la historia previa que llevamos en nuestra mochila, necesitaremos tratar y cerrar ese o esos duelos de manera adecuada, algo para lo cual, como a tantas otras cosas, no nos han enseñado.

En Minerva Psicólogos podemos proporcionarte las herramientas necesarias para que te reconstruyas y vuelvas a ser la persona que eras, pero con la ventaja de haber aprendido positivamente de la experiencia, de manera que, en el futuro, con esas nuevas herramientas, puedas encontrar una nueva pareja que se adecue más a tus características y construir una relación saludable y satisfactoria para ambos.