PELEAS Y DISCUSIONES CONTINUAS
¡Nunca nos ponemos de acuerdo!
Las discusiones sanas son buenas ante los desacuerdos, si se utilizan como una forma de mostrar diferentes puntos de vista respetándose y respetando al otro.
El problema es que hay muchas parejas que no saben discutir, no escuchan al otro, piensan que el que más grita es el que tiene la razón y en vez de buscar soluciones buscan culpables.
Estar discutiendo continuamente no sólo hace que la relación se vaya deteriorando cada vez más, sino que también va dañando a cada uno de los miembros de la pareja
Así, donde antes había dos amantes con diferentes puntos de vista, aparecen dos luchadores en pleno combate que pelean por el poder y la razón, aunque ello implique salir gravemente heridos e ir rompiendo poco a poco la relación.
Así llega un momento en el que resulta casi imposible hablar tranquilamente de cualquier tema. Cualquier palabra sirve para encender la mecha, la posibilidad de diálogo desaparece, comienzan los ataques y contraataques. El daño es inevitable.
En este tipo de guerras todos pierden. Pierdes tú, pierde tu pareja y pierde vuestra relación.
Las peleas y las discusiones hacen que se produzca un tremendo desgaste tanto físico como psicológico llegando en muchas ocasiones a somatizarse el malestar emocional.
Tanto si estáis entrando en ese estado en el que parece que cualquier cosa sirve para empezar la discusión, como si habéis llegado a ese momento en el que sentís que “ya no podéis más”, no lo dudéis, buscad ayuda profesional antes de que el daño sea irreparable. Vosotros y vuestra relación os merecéis.